Ahora toda la rabia se desgarra apretando bien las uñas con la carne. Al menos ya no son cuchillas. Hace días que de cuando en cuando enloquezco y ya no sé qué va a pasar. Tan bien y de repente tanta inestabilidad.
He vuelto a llenar mi libreta y ya sabes lo que eso significa (el arte lo hace el dolor).
Qué me está pasando, entre un suspiro. A veces me despierto tan asustada que parece que hayas vuelto. Cómo, eh. Cómo algo que te carcome, algo que se apodera de ti día y noche puede ser lo que te mantiene esa poca esperanza (si es que aún la hay).
No. Ya no. No voy a escribirte. Ni si quiera eres real, solo eres un largo suspiro en nuestras cabezas, así que sal, vete, porque yo no voy a escribirte (ojalá).
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