Qué pasa contigo. Sin mi.
Que pasa conmigo. Sin ti.
A veces paso por tu portal por causalidad (o eso prefiero creer) esperando tener los cojones de subir y decirte que para mi fue real. Algo más que esas noches de ojeras por tu habitación. Pero luego lo recuerdo y qué. Sigo siendo la de las zapatillas rotas, la que anda por su cuarto con la música reventando a sus vecinos, esperando que seas tú el que aparezca.
Pero ni tú.
Ni yo.
Tal vez esa sea mi historia para contar, que jamás tuve el valor de plantarme cara. Aunque puede que algún día me despierte de este sinsentido. Prefiero pensar que aún no estoy despierta.
Me he enamorado de esto, me ha parecido taaaan perfecto.
ResponderEliminarUn beso y ánimo.
Me gusta mucho, Claudia.
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